miércoles, 15 de mayo de 2013

LA FIBROMIALGIA.

Miércoles 15 Mayo 2013.

                                                       LA FIBROMIALGIA.




Es una enfermedad, si. Un de esas enfermedades de las que ya se va conociendo algo, pero que viene atacando, desde hace años, con la doble crueldad del daño que arrastra y la ignorancia de la Medicina actual en su tratamiento. Ayer, Rosa Montero, con la calidad literaria que atesora y el su "poner el dedo en la llaga" que la caracteriza, dedicaba su columna en El País a este tema y, la verdad, es que su escrito levanta ampollas.

Levanta ampollas no solo a mí, que desde hace años, muchos años, vengo viendo como mi hija la padece, si no que debiera levantarlas en cualquier persona sensible y maltratada por la injusticia. Cuando siendo todavía casi una niña, veía a mi hija casi inhabilitada para todo lo que no fuera quejarse, yo, como padre, sufría, pero lo hacía, aun más, cuando veía como los Médicos, uno tras a otro, se tomaban sus dolencias como caprichos de "niña tonta" y se la quitaban de encima sin otro remedio que analgésicos. Tuvo que pasar un tiempo hasta que ella, ya se había independizado, diera con una Asociación de afectadas y a base de llevar a los doctores tratados sobre el mal, algunos de ellos le fueran prestando una atención no rayana en el pitorreo. Hoy mi hija, como muchas otras y algunos otros, parece ser una enfermedad "cebada" de ex profeso en mujeres, malvive con su dolencia, mediante tratamientos más o menos eficaces, según días o épocas, ya que también la enfermedad se maneja a capricho, según circunstancias ambientales. Se que mi hija ha padecido de muchos dolores, pero también se que ha padecido aun más ante la incomprensión de algunos seres, incluidos profesionales de la Medicina, que culpan al enfermo, por enfermo, de sus propias enfermedades.
Bueno, pues con este panorama, que yo he personalizado en mi hija, pero que recae sobre muchas personas, hay un Médico, el Doctor Mario Cordero, que está investigando la Fibromialgia en la Universidad de Sevilla y, a sus treinta y seis años, ha identificado genes relacionados con la enfermedad, que abren las puertas a posibles tratamientos...y es aquí, en este lugar, en el que al Poeta le hierve la sangre y eleva su grito hasta el último confín de este País. Nuestro mundialmente pionero investigador no tiene dinero para seguir trabajando y se mantiene, nos dice Rosa Montero, gracias a las rifas y a las tómbolas que los desesperados enfermos organizan para encontrarle fondos.

Y encima, quienes nos gobiernan siguen "robándole" fondos a nuestro Sistema de Salud, sin prestar atención alguna a quienes investigan el bien común pero, eso si, llenando los bolsillos, sin citar nombres, de quienes desde la corrupción y la desvergüenza denigran el suelo que pisan.

Si la vergüenza ajena que siento en estos momentos pudiera gritarse, mi grito, avergonzaría, de seguro, a los magnates que pululan por las alturas.

¡Ah! Y que conste, ha sido un honor Rosa, Rosa Montero, prolongar con mi Grito lo que tú llamaste Tómbola y es que, perdona, tómbola me parece una palabra muy benigna. Merecen otra, que tú y yo sabemos.







 

2 comentarios:

  1. Que razon llevais, sé lo que és pues tengo uno con esta enfermedad, y dos más con otra enfermedad de la misma rama (que les llaman enfermedades raras) En la ultima revisión, les dijeron que siguiran con los calmantes pero que ya la Seguridad Social no cubria estas enfermedades.¡¡¡¡¡-------!!!Puedes saber la frase ¿Verdad?

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    1. La frase, la palabra, la indignación no tiene nada más que una traducción: Desverguenza e indignidad...¡Lo que me gustaría saber es quienes fueron, uno por uno, los cabrones que votaron a estos cabrones!

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