VERGÜENZA EN EL CONGRESO.
Y no me estoy refiriendo a la vergüenza que ha sobrado, si no que me refiero a la que ha faltado y a la vergüenza ajena que, al menos yo, he sentido ante el lamentable espectáculo que sus Señorías nos han dado. Que el Marianico se iba a descolgar, haciendo gala una vez más de su proverbial cinismo, diciendo que había sido engañado, eso ya lo sabíamos, como sabíamos también que su bancada iba a ahogar cualquier atibó de aplauso de la oposición, o que su portavoz iba a acusar al resto de los grupos de haber juzgado a su Jefe, sin tan siquiera haberlo escuchado...todo eso lo sabíamos; lo sabía hasta yo, que no soy gran conocedor de los entresijos de la Política y que no obstante a algo de ello me referí en mi anterior comentario al respecto.
Pero lo que de verdad no sabia y el verlo, solo el verlo, me ha llenado de sonrojo y me ha llevado a dejar de creer en todo el "parlamentarismo" ha sido, precisamente, la reacción de los distintos grupos ante las distintas intervenciones. No he visto toda la sesión, los límites de mi aguante están muy medidos y no me dan para un discurso entero del Marianico, pero si hemos podido saber, gracias a su probada "sinceridad", que el ha sido una "pobre" víctima, y lo dijo sin pedir perdón a las autenticas víctimas, y que estaba tan ciego que no ha visto como los millones volaban a su alrededor. Pero aun fue a más y dejó una frase para la posterioridad: "Cometí el error de creer a un falso inocente, pero no el delito de encubrir a un presunto culpable"...¡Ostias Pedrin! esta no se la habíamos oído. Que durante meses, cuando ya era presunto culpable, no solo lo mantuviera en el puesto, si no que le pagara un sustancioso sueldo y cursara, además, mensajes de aliento tanto al "presunto· como a su mujer, eso no tiene importancia, son "cosillas" tan inofensivas como su famosa "plastlina".
Pero todas esas cosas y las que han quedado reflejadas en la prensa, ya eran más o menos sabidas, por esperadas. Pero lo que mí me llamó la atención fue la actuación, no de la "bancada", si no de las distintas bancadas. Intervenía con rotundidad Rosa Diaz, que si bien no es "santo" de mi devoción personal, es una mujer que tiene "gancho" y que no le duelen prendas en decir las verdades del "barquero" a quien se le ponga por delante. No solo pidió la dimisión del Presidente, si no que lanzó tal cantidad de "directos" contra el rostro de Rajoy, que no ser por la comprobada dureza de su piel, el Marianico se hubiera sentido, al menos avergonzado. Pero lo que llamó mi atención, hasta el punto de provocar mi indignación, fue la actitud de la Cámara: tan solo los cuatro o cinco Diputados de que disfruta su Partido hicieron sonar sus aplausos a la intervención de Rosa Diaz.
¿Que pasa entonces" que cada grupo político tiene, en exclusiva, su "claque" particular y no va con ellos nada más que la intervención de los suyos. Quiere decir esto que cada cosa que diga un Diputado, no importa nada más que a los de su bancada; que no son los problemas del País los que se discuten en el Hemiciclo, que son, en cada caso, los "egos" de cada una de las formaciones... Yo, en mi ignorante ingenuidad, creí que eran otras cosas las que se defendían en el Parlamento...y creía, también, que si un grupo podía, cargado de argumentos, la dimisión del Presidente y otros grupos le secundaban, incluso, a lo mejor, más brillantemente, serian todos los grupos los que se unirían en el aplauso...pero no, según pudo verse, lo que dice el uno solo les importa a los suyos.
De verdad que ver al Marianico, vuelto con las cara hacía su "bancada" y demandando, como lo hiciera un mal torero, el aplauso de los suyos, mientras que los miembros de esta se rompían las manos a aplaudir, e incluso haciéndose notar el gesto de alguno de ellos, tirando su cuerpo hacía adelante en la iniciación de un abrazo en el que no llegó a fundirse, por la distancia entre ambos...ver esta escena, que han publicado algunos periódicos del día y contrastarla con las ocho manos, ocho me pareció que eran, que aplaudían la intervención de Rosa Diaz, ante la indiferencia de los demás miembros presentes en el hemiciclo, daba, por lo menos a mi me la dio, autentica vergüenza...sobre todo teniendo en cuenta que en el caso al que me refiero, quien intervenía lo hacía con idéntico motivo con el que lo habían hecho los demás.
Acabado el espectáculo, el Marianico se fue tan ufano y con su cara de cemento, así como si los demás no supiéramos que los aplausos de su "bancada" habían sido previamente preparados, incluso marcando las pausas en los que la ovación tenía que ser más calurosa...Una vez más se nos trató como a tontos y de seguir esto así hasta llegaremos a creernos que lo somos
¡Ah! Y que conste, que por muchos y variados que sean los intentos de hacerme cambiar, yo seguiré creyendo que lo ocurrido en el Parlamento fue una vergüenza y que éste, el Parlamento, está para legislar en beneficio del País y no para incrementar los egos de sus cabezas visibles.
Pero todas esas cosas y las que han quedado reflejadas en la prensa, ya eran más o menos sabidas, por esperadas. Pero lo que mí me llamó la atención fue la actuación, no de la "bancada", si no de las distintas bancadas. Intervenía con rotundidad Rosa Diaz, que si bien no es "santo" de mi devoción personal, es una mujer que tiene "gancho" y que no le duelen prendas en decir las verdades del "barquero" a quien se le ponga por delante. No solo pidió la dimisión del Presidente, si no que lanzó tal cantidad de "directos" contra el rostro de Rajoy, que no ser por la comprobada dureza de su piel, el Marianico se hubiera sentido, al menos avergonzado. Pero lo que llamó mi atención, hasta el punto de provocar mi indignación, fue la actitud de la Cámara: tan solo los cuatro o cinco Diputados de que disfruta su Partido hicieron sonar sus aplausos a la intervención de Rosa Diaz.
¿Que pasa entonces" que cada grupo político tiene, en exclusiva, su "claque" particular y no va con ellos nada más que la intervención de los suyos. Quiere decir esto que cada cosa que diga un Diputado, no importa nada más que a los de su bancada; que no son los problemas del País los que se discuten en el Hemiciclo, que son, en cada caso, los "egos" de cada una de las formaciones... Yo, en mi ignorante ingenuidad, creí que eran otras cosas las que se defendían en el Parlamento...y creía, también, que si un grupo podía, cargado de argumentos, la dimisión del Presidente y otros grupos le secundaban, incluso, a lo mejor, más brillantemente, serian todos los grupos los que se unirían en el aplauso...pero no, según pudo verse, lo que dice el uno solo les importa a los suyos.
De verdad que ver al Marianico, vuelto con las cara hacía su "bancada" y demandando, como lo hiciera un mal torero, el aplauso de los suyos, mientras que los miembros de esta se rompían las manos a aplaudir, e incluso haciéndose notar el gesto de alguno de ellos, tirando su cuerpo hacía adelante en la iniciación de un abrazo en el que no llegó a fundirse, por la distancia entre ambos...ver esta escena, que han publicado algunos periódicos del día y contrastarla con las ocho manos, ocho me pareció que eran, que aplaudían la intervención de Rosa Diaz, ante la indiferencia de los demás miembros presentes en el hemiciclo, daba, por lo menos a mi me la dio, autentica vergüenza...sobre todo teniendo en cuenta que en el caso al que me refiero, quien intervenía lo hacía con idéntico motivo con el que lo habían hecho los demás.
Acabado el espectáculo, el Marianico se fue tan ufano y con su cara de cemento, así como si los demás no supiéramos que los aplausos de su "bancada" habían sido previamente preparados, incluso marcando las pausas en los que la ovación tenía que ser más calurosa...Una vez más se nos trató como a tontos y de seguir esto así hasta llegaremos a creernos que lo somos
¡Ah! Y que conste, que por muchos y variados que sean los intentos de hacerme cambiar, yo seguiré creyendo que lo ocurrido en el Parlamento fue una vergüenza y que éste, el Parlamento, está para legislar en beneficio del País y no para incrementar los egos de sus cabezas visibles.
Estoy con vd. Sr. Quiros, una tremenda y sonora verguenza. Saludos.
ResponderEliminarEncantado en coincidir de nuevo y, de verdad que por mi, puedes suprimir lo de Sr.no me gustó nunca tal denominación. Un Saludo
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