Viernes 10 Julio 2015
...Y EL PUEBLO SIEMPRE POR ENCIMA.
La altura moral y ética de los pueblos, en casi todos los casos, estuvo, está y estará por encima de sus dirigentes. Ejemplos vivos de ello llenan los Libros de Historia, por lo que no creo sea necesario mencionarlos todos, aunque si puede servir como buen ejemplo nuestro Dos de Mayo de mil ochocientos ocho, sin que, creo, sea necesario traer aquí aquellos sucesos.


Es sabido que los dirigentes griegos rechazaron todas las propuestas que se les hicieron, incluso algunas favorables y que se levantaron de la mesa, no muy cordialmente que digamos y dando la sensación de tener un as en la manga...¿lo tenían? no se si ese era el as pero el caso es que sin encomendarse ni a dios ni al diablo se montaron un Referéndum, en el que sin preparación alguna y sin más argumento que la dignidad herida pidieron el "si" o el "no", sin especificar tampoco nada bien si al afirmar votaban seguir en Europa y al negar salir de ella...salió el No y ahí siguen, ya que los convocantes lo que querían era cargarse de razón para enfrentar nuevamente la negociación, a la vez que hacían al pueblo participe de sus errores. De este modo ahora, sentados nuevamente en la mesa de negociaciones, perciben que la tal "mesa" está "encharcada" y el barro que la cubre en mucho más negro de lo que lo era anteriormente...de no ocurrir lo inesperado, de hecho ya están en ello, no le quedará a lo gobernantes griegos mas remedio que aceptar lo que les propongan, por muy "leonina" que sea la propuesta, con la diferencia de que ahora, al contrario que antes, cuando se dirijan al pueblo
para exigirles los sacrificios económicos que les serán impuestos siempre podrán decirles: "No os quejéis porque os lo preguntamos y fuisteis nuestros complices". Alguien dijo y creo que con razón que el "pueblo debiera de haber dicho dos veces No, un no a la indignidad y otro no al Gobierno". Como decíamos al principio el Pueblo ha estado por encima de sus dirigentes y, como siempre, será quien pague los vidrios rotos
¡Ah! Y que conste que yo no pretendo criticar, digo nada más.
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