DE LA NADA A LA FURIA.
En aquellos tiempos en los que todo era posible y sin embargo había que luchar para conseguirlo todo, tuve un amigo con una serie de peculiaridades que le hacían llamar la atención en casi todos sus actos; entre sus rarezas sobresalía la "mansedumbre" de su carácter, que le llevaba, a veces, hasta dejarse arrebatar cosas de su propiedad sin hacer nada por impedirlo...pero ¡ah! amigos, que no se le cayera un botón, si un simple botón, porque entonces era un ser irascible, que arremetía contra todo y contra todos.

Viendo en televisión algunas de las reacciones de la gente ante ciertas prohibiciones, no solo vienen a mi memoria los arrebatos "botoniles" de mi amigo de antaño, si no que también me llevan a incidir, una vez más, en la fobia que me producen ciertos gestos de algunos de nuestros gobernantes. No puedo evitar, por mucho que lo intento, la náusea que me corroe cada vez que veo al Marianico o bien negando la evidencia o inventando una mentira que, como todas ellas, tiene las "patas muy cortas". De verdad amigos que no lo entiendo, pero lo cierto es que somos el País del "todo" o del "nada", el mismo que, como dijera el castizo "siempre va detrás de los curas, unas veces con velas y otras con palos" y así, como dijera otro castizo, nos luce el pelo.
¡Ah! Y que conste que yo no pretendo criticar, digo nada más.
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