SEMBRADORES DE ODIOS.
"No hay empresa más gallarda que el afán del sembrador..." Es una estrofa, creo recordar, de la canción del sembrador, de la Zarzuela La Rosa del Azafrán, en cuya interpretación tomé parte allá por los años en los que uno todavía podía presumir de "palmito". Recuerdo que cuando la interpretó el Tenor protagonista, a mi, que estaba a su lado, se me pusieron los pelos de punta. Había visto a sembradores haciendo su trabajo en varias ocasiones, pero hasta aquel día, sintiendo lo que el Tenor sentía, no me dí cuenta de lo que tal tarea tenía de significado para aquellos hombres. Hoy aquellas tareas se realizan de otro modo más mecanizado, y ya sería, en cierto modo, imposible que alguien sintiera lo mismo que sentían aquellos sembradores de mis tiempos.
Sembrar...sembrar... siempre es bonito, menos en aquellas ocasiones en las que lo que se siembra es el odio, ya que, en justa correspondencia, los frutos que se recojan tendrán el mismo significado. Nací antes de nuestra última guerra, eché los dientes durante la misma y posteriormente me pasé varios años en los que escuché muchos mensajes en los que se fomentaba el odio..."hay que acabar con todos ellos", "hay que buscar a los rojos en sus madrigueras y exterminarlos a todos", "qué no quede un rojo sobre nuestra sagrada tierra"...estos y otros muchos con parecidos términos, se oyeron en todos los pueblos de España y las consecuencias ya las sabemos, muchas cunetas se "poblaron" de cadáveres y las tapias de muchos cementerios fueron testigos silenciosas de cientos de fusilamientos...y aunque parezca mentira de aquellos odios, tan profusamente sembrados, no nacieron rencores multiplicados. La vida siguió su curso, muchas gentes rumiaron su dolor durante años, pero las cosas se fueron sosegando y todos, en general, quisieron olvidar viejas rencillas, aunque, eso si, pidiendo un reconocimiento público y, sobre, buscando saber en que lugar "reposaban" sus familiares desaparecidos.
Pero, lamentablemente, hoy, después de más de setenta años de aquella terrible contienda se sigue escuchando en algunos foros la palabra "rojo" llena de las mismas connotaciones que entonces tuviera. Hay ciertos vocingleros mediaticos, que desde sus cadenas de televisión, emisoras de radio y prensa escrita siguen con la misma "cantinela" que tenían aquellos "bravos" generales que emitían las ordenes concretas de como acabar con ciertas plagas. Están ahí, sabemos que lo están y sabemos que tienen sus cohortes de seguidores, pero en cierto modo, son pocos y por suerte con pocas audiencias, aunque sean suficientes para no dejar que por fin nos asentemos sobre una tierra sin rencores.
Pero ha bastado que se celebren unas elecciones, aunque hallan sido para el Parlamento Europeo, y en las mismas haya irrumpido "alguien" que ha osado arrebatarles millón y pico de votantes, hablando de cosas que no están es consonancia con sus ideas, para que empiecen a oírse voces "pidiendo cabezas" y si bien sus "rebuznos" no llegan a tener la gravedad de aquellos viejos "bandos", son suficientes para que un pueblo que sigue siendo, no tanto como antes,pero tadavía inculto vuelva a creer que el "rojo" es un "mata niños", No hace falta que yo reproduzca aquí los argumentos de que se valen estas gentes que, además de contar con medios de difusión potentes, son todos ellos "tontos ilustrados". De verdad creo que, lamentablemente, están desaprovechando, sus carreras universitarias, en una siembra de la que solo cosecharan el aplauso de cuatro "memos" de su misma cuerda, y la indiferencia generalizada de cada vez más gente.
Y al "valiente" Pablo Iglesias, autor, creo que consciente además, del despertar de viejas campañas en contra del "rojo", desearle toda la suerte del mundo, corrigiendo y aumentando su éxito en estas elecciones, pero, como le decía ayer, que crezca en número de votantes, pero que no "crezca" en las ambiciones que llevan a la corrupción y al "choriceo". Su mensaje caló en un amplio sector de gente y eso obliga...confiemos en que este haga un amplio recorrido y contribuya a que la gente tenga, tengamos, más confianza en la clase politica y en quienes la representan.
¡Ah! Y que conste que no pretendo criticar, digo nada más, aunque hoy, no se porque, me ha salido un Grito un tanto serio.
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