CARDENAL ROUCA VERELA.
Para ilustrar mi aserto, incluiré aquí una vieja historia, que protagonizaron, hace ya muchos años, un pueblo, un Cura y un Teniente de la Guardia Civil. En pueblo de La Mancha, que no desconozco y si recuerdo, celebraban cada año los Carnavales, autorizados en lugares cerrados, aun recién terminada "aquella" guerra; así lo estuvieron haciendo durante un tiempo, hasta que un día hicieron su aparición unos grupos armados, para unos "maquis", para otros "bandoleros" y encomendaron al Teniente acabar con ellos. Como primera medida este hombre impuso su ley, ignorando otras autorizaciones y prohibió cualquier tipo de celebración, incluso en locales cerrados. Aquel año, primero de la prohibición, la dirección del Casino, en el que tenían lugar los bailes, programó uno de estos. El Teniente no se anduvo por las ramas, se situó, a cuerpo gentil, en la puerta del local y al primero que llegó, pretendiendo entrar, le recibió con un par de sonoras bofetadas, mostrando, además, su intención de seguir con los mismos métodos con cualquiera que llegara. No hubo baile, ni aquel año, ni otros que le precedieron.
Cuando el Teniente entendió que los grupos armados ya no constituían peligro para la fiesta, autorizó la continuación de los bailes...Y aquí aparece el Cura, quien se acerca a ver al Teniente "conminándole" a seguir con la prohibición, recibiendo por parte del Guardia Civil la siguiente contestación: Si quiere evitar el pecado de sus feligreses, haga lo mismo que yo, sitúes en la puerta del local e impida que nadie pase al lugar... Añadir que el Párroco la única medida que venía tomando era la de negar la absolución a cualquiera de sus ovejas que confesara haber asistido a un baile, con lo cual el único logro era el hacer que sus "pecadores" se fueran a "lavar" sus conciencias a los pueblos vecinos.
Lo que aquel Cura, que es tan real como el Teniente o como el pueblo en el que tuvieron lugar los hechos, es el Cardenal Rouco Varela, que lo que no tiene fuerza moral para evitar, pretende que se lo arreglen los demás y así, con conminaciones e incluso con "escraches" callejeros al Gobierno Socialista y limitándose a reprender al actual, por algo son del mismo palo, quiere que se cambien o se dicten nuevas leyes en favor de sus doctrinas. Salga su "ilustrísima" a la calle, pastoree entre sus ovejas y consiga por usted mismo que su grey vuelva a creer que ustedes no son de cartón piedra...
Monseñor Rouco Varela, su discurso de hace días no solo nos retrotrae a la caverna, si no que, además, rompe con la bocanada de aire fresco que, parece, nos traerá el Papa Francisco. Y sobre los Curas "asesinados", que van a ser beatificados y que fue una de tantas salvajadas que, por parte de unos y de otros se hicieron en aquello años, hablaremos un día...que tampoco es todo como usted quiere hacernos ver.
¡Ah! Y que conste que mi crítica, mi grito, no pretende polemizar, dice nada más.
Y qué bien dicho Enrique, y qué clarito además. A mi este Moseñor Rouco se me atragantó hace ya tiempo, me encanta lo que cuentas, pero me gusta más como lo cuentas.
ResponderEliminarPues no te apartes del camino, que seguiré dando caña, bien o mal, pero como lo siento. Un abrazo
ResponderEliminarSi por favor, me encanta leerte.
ResponderEliminarComo te dicen en el primer comentario... también a mi se me atragantó este señor hace tiempo, y esa institución que dice representar. Algún día veremos el cambio tan necesario en su seno... o no. Cuestión de fe.
ResponderEliminarBesos!