EL GRAN DICTADOR & EL GRAN VENTILADOR

Aunque, la verdad sea dicha, lo del Gran Dictador solo lo practica en España, ya que en Europa me trae a la memoria la escena de otra película, también de mis tiempos, en la que el protagonista sentado en su despacho, con un teléfono descolgado a su lado, oye una voz femenina que parlotea si cesar; el personaje sigue con sus cosas y cada cinco o seis minutos dice "Si, Mabel" sin pronunciar más palabras...del mismo modo , nuestro Marianico calla ante la Sra. Merkel, ante la que apenas musita "Si, Mabel" mientras la una sigue impartiendo ordenes y el otro acatándolas...y nos trae al recuerdo otra película, esta más reciente, Sangre, Sudor y Lágrimas, que es la que estamos padeciendo.
Y aunque lo parezca, Mi Grito, hoy no tiene nada de película, aunque si de risa, si no fuera para llorar: Mientras al Partido Popular le cubre por todos lados la nube negra de la corrupción, su secretaria general, nuestra nunca bien ponderada amiga Dolores de Cospedal, pide que los procedimientos judiciales que les agobian se "ventilen" con toda normalidad. Yo creo que esta mujer no ha contado bien los juicios que se ciernen sobre sus cabezas, ya que si lo hubiera hecho se habría dado cuenta de que en toda España no habría tantos ventiladores como hacen falta; solo para la Comunidad Valenciana, con uno de esos gigantescos ventiladores que se usan en las centrales eléctricas o nucleares, no sería suficiente. Allí los imputados son más numerosos que los monumentos que montan en sus fallas y en una sola ciudad, pobre Orihuela, pasan de la veintena los miembros del PP. inmersos en alguna causa judicial. De Valencia, capital, baste con citar al señor Blasco, que no se ha caído del gobierno de la Generalidad desde que tuvo la "feliz" idea, para el, claro está, de transvasar se del PSOE.
Y lo más grande de todo esto, aparte de la carencia de ventiladores, es la vergüenza ajena que nos hace sentir el que, a pesar de lo que tienen encima, no hay nadie que dimita...ahí están todos, con sus cargos y con sus sueldos, riéndose de España y de quienes estamos dentro.
¡Ah! Y que conste, si mi Grito fuera de película, sería el del mejor Tarzan.
Ni dimiten, ni dimitirán. Son jili... ni se dán cuenta siquiera de lo que dicen, aunque sí de lo que hacen. Pero nunca son conscientes de la idiotez que poseen todos por igual, y como no ven más allá de sus narices, no ven ni siquiero lo que les va a caer encima. Lo que hace falta es que no se idioticen tambien los jueces.
ResponderEliminarLos jueces ya deben de estarlo, cuando más de uno no está ya con el pajama a rayas.
EliminarYo no me resigno a no poder tener ni siquiera una esperanza.
ResponderEliminarDe esa esperanza vivimos todos...el Poeta y quienes como tú, basan sus vidas en inquietudes...¡Ellas nos dan vida!
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