
Desde que nos dotamos de una Democracia, más o menos democrática, han transcurrido ya los suficientes años como para que hayamos podido comprobar la ineficiencia de ese "reunirse unos pocos, hablar mucho, discutir más y no llegar a conclusiones de ninguna índole". ¿Que cuantas han sido esas Comisiones? No lo se, tendría que consultarlo en las Hemerotecas y eso significaría una perdida de tiempo similar a la que se ocasiona en esas asambleas; si se, sin embargo, que todas terminaron sin que nada se aclarara sobre la cuestión que se dislucidaba. Tan difícil es que en una Comisión de Investigación se llegue a una conclusión clara, como que juzgue con neutralidad el Poder Judicial, el Tribunal de Cuentas o el mismísimo Tribunal Constitucional. Mientras que la composición de estos Organismos, como las mismas Comisiones de Investigación, se decida por los votos de quienes tienen la mayoría, seguirá imperando el "porque lo digo yo y los demás que se callen" . Y es así ya que en este país es difícil encontrar a "alguien" que no pertenezca a una "Asociación de..." y ésta, a su vez, se decante por esta u otra tendencia... ¿Y la neutralidad? ¡esa la dejaron en la percha el día que tomaron posesión de sus cargos!
Y con estos antecedentes, se pide una Comisión de Investigación en Gibraltar. Se elegirán unos cuantos comisionados, más por parte inglesa, que para eso son más fuertes, se les dotará de unos sabrosos emolumentos, con sus dietas correspondientes, ¡faltaría más! y se les mandará unos días de vacaciones, a disfrutar de las aguas, españolas o inglesas, tanto da unas como otras y poco más, creo, que se les encomiende. Serán recibidos, eso si, por las autoridades de dos países y un "seudo", pudiendo cada cual exponer sus cuitas, lo cual podían haber hecho, perfectamente, por sendos escritos y valija diplomática. Está claro, así se expone en los antecedentes que dan lugar a su creación, que la Comisión ha de averiguar si son ciertas las labores de contrabando y de blanqueo de capitales que tienen lugar a la "sombra" de las permisivas leyes ¿britanicas?
Yo la verdad no creo, por mucho que sea mi optimismo, que los "blanqueadores" de dinero se vayan a presentar ante los comisionados con toda la documentación acreditativa de sus actividades y, también, me resisto a creer que los contrabandistas de tabaco u otras especies tengan montadas sus"paraetas" en una de las más transitadas calles del Peñón, por lo que los ilustres visitantes no tendrán mas remedio que guiarse por lo que sus interlocutores les digan y...la verdad, para ese viaje no se necesitaban alforjas. Lo único que podían comprobar y testimoniar es lo de lo bloques de hormigón en las aguas de Algeciras y para eso, por lo que se sabe, no está constituida la tal Comisión.
Un viejo amigo que, además de estar en aquella lejana División Azul, fue el padrino en el bautizo de mi primer hijo, me decía que sus oficiales se afanaban en despertar sus ardores guerreros con frases como "Vamos a merendarnos a los rusos y, después, a por el Peñón de Gibraltar". Juan Cruz, en una de sus magnificas columnas del diario El País, decía citando las memorias de Dionisio Ridruejo, otro ex divisionario arrepentido, como mi compadre, que también Ridruejo hablaba de frases como la citada o similares...Y es que el Peñón es, ha sido y será el "latiguillo" mas usado para despertar el furor patriotero de los españoles...Mientras el Peñón sigue ahí, como el grano que se nos enquistó hace tres siglos, sin que nadie ni ninguno, sea cual fuere su "color", se haya decidido a hincarle el diente en una negociación seria y conjunta de todas las fuerzas políticas.
¡Ah! Y que conste, a mi personalmente me duele Gibraltar como le pueda doler al que más lo sienta, pero son muchas las veces que se me convocado a protestar y mientras que el pueblo se manifestaba, las autoridades de turno seguían sin tomárselo en serio.
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