CONTRA LA VIOLENCIA DEL GENERO.

Ya ayer, Día Mundial Contra la Violencia del Genero, comenté, en alguna parte, por escrito, que según un estudio reciente hay una alto porcentaje de adolescentes que son maltratadas por sus "novietes", o sea que en edades que en otro tiempo se jugaba a saltar a la comba, por parte de ellas y al gua o a la pidola por parte de ellos, hoy los "mozalbetes" se dedican al "noble" deporte de maltratar y las mocitas al no menos "noble" de aguantar...y claro, no tengo más remedio que preguntarme quien y como se está educando a los jóvenes de hoy y donde está el respeto que siempre se nos inculcó hacía quienes, en la mayoría de los casos, están llamadas a ser lo que ahora son sus Madres. Ya se, no hace falta que me lo recuerde nadie, que aquellos eran otros tiempos y que hoy la sociedad ha evolucionado mucho, pero quiero creer que en esa evolución hacía la modernidad debiera ir implícito el respeto hacía los demás y sobre todo a la mujer, por lo que ella está llamada a ser con o sin modernismo, es por lo tanto, un problema de educación, de educación y cultura, ya que estoy convencido de que una sociedad sin cultura es como un matrimonio sin amor y sin respeto, que acaba por resquebrajarse.

Ni la mujer ni nadie puede impedir que el clásico "machista", que por desgracia sigue existiendo. o el depravado de turno, que surge en todo tiempo, haga su gracia, que maldita la gracia que tiene, y abusando de su fuerza o el estar arriba en el escalafón, lleve a cabo su tropelía, pero si se puede hacer que las cosas no lleguen a "mayores" si al primer signo de abuso o falta de respeto corta la relación, acudiendo a quien tenga que acudir para que le ayude a mantenerse en su primera decisión. Es sabido que hay mujeres que tras recibir maltrato y denunciar el mismo, han retirado, después, la acusación por creer que los insultos o golpes "eran por amor"...y en este momento empeño mi palabra al asegurar que lo que acabo de escribir se lo he oído decir a más de una...¡Por favor! empecemos a convencernos, unas y otros de que el amor no mata, ni maltrata, que lo que lleva esas cosas puede llamarse de mil maneras pero ninguna de ellas puede denominarse como AMOR.
Durante toda mi vida, que ya es lo suficientemente larga como para saber de que hablo, he tenido y sigo teniendo un gran respeto hacía la MUJER, a lo mejor porque soy hijo de una y hermano de cinco, pero creo que aunque esa circunstancia haya tenido su importancia, no es lo más importante, lo que de verdad importa es la educación que he recibido y la cultura que través del tiempo me ido labrando en los cientos de libros que he leído, pero por encima de esto está, también, el convencimiento , extraído de la vida misma, de que sin un respeto mutuo no hay relación alguna que pueda llegar a buen fin. Hace tan solo cinco días que se cumplieron cincuenta y cuatro años de mi boda; hoy ella vive su mundo, aquejada de un Parkinson profundo y solamente se iluminan sus ojos en el momento en que cada día la visito...¿Altibajos en nuestra relación? ¡Pues claro! ambos somos humanos y toda rosa tiene sus espinas...ha habido y hay amor, si, pero también respeto.
¡Ah! Y que conste hoy ni censuro ni critico...rindo un homenaje a todas aquellas personas, presentes y ausentes, que sufrieron y aun sufren maltrato, sean del sexo que sean y sea cual fuere el lugar que ocupen en la sociedad.

Ni la mujer ni nadie puede impedir que el clásico "machista", que por desgracia sigue existiendo. o el depravado de turno, que surge en todo tiempo, haga su gracia, que maldita la gracia que tiene, y abusando de su fuerza o el estar arriba en el escalafón, lleve a cabo su tropelía, pero si se puede hacer que las cosas no lleguen a "mayores" si al primer signo de abuso o falta de respeto corta la relación, acudiendo a quien tenga que acudir para que le ayude a mantenerse en su primera decisión. Es sabido que hay mujeres que tras recibir maltrato y denunciar el mismo, han retirado, después, la acusación por creer que los insultos o golpes "eran por amor"...y en este momento empeño mi palabra al asegurar que lo que acabo de escribir se lo he oído decir a más de una...¡Por favor! empecemos a convencernos, unas y otros de que el amor no mata, ni maltrata, que lo que lleva esas cosas puede llamarse de mil maneras pero ninguna de ellas puede denominarse como AMOR.
Durante toda mi vida, que ya es lo suficientemente larga como para saber de que hablo, he tenido y sigo teniendo un gran respeto hacía la MUJER, a lo mejor porque soy hijo de una y hermano de cinco, pero creo que aunque esa circunstancia haya tenido su importancia, no es lo más importante, lo que de verdad importa es la educación que he recibido y la cultura que través del tiempo me ido labrando en los cientos de libros que he leído, pero por encima de esto está, también, el convencimiento , extraído de la vida misma, de que sin un respeto mutuo no hay relación alguna que pueda llegar a buen fin. Hace tan solo cinco días que se cumplieron cincuenta y cuatro años de mi boda; hoy ella vive su mundo, aquejada de un Parkinson profundo y solamente se iluminan sus ojos en el momento en que cada día la visito...¿Altibajos en nuestra relación? ¡Pues claro! ambos somos humanos y toda rosa tiene sus espinas...ha habido y hay amor, si, pero también respeto.
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