ESPAÑA ES A CATALUÑA LO QUE CATALUÑA ES A ESPAÑA.


Que he hablado excesivamente de mí, es cierto, pero con ello quiero llevarles a ustedes la certeza que tengo de que con dialogo hace ya meses que se hubiera solucionado el actual, no nuevo, litigio de Cataluña con España, pero hemos tenido la mala suerte de que ambas partes están representadas por sendos "chulos de Verbena". El uno, el Catalán lanzó un órdago en el que el mismo nunca creyó, mientras el otro, el Gallego, empujado por lo más retrograda del centralismo, se sentó sobre el "NO"en la creencia de que las cosas se solucionaría, como otras veces por si solas; pero no ha sido así y es de lamentar que por las "chulerías" de dos gallos de pelea, a lo peor acabamos todos a la gresca. El Marianico expone la razón de la fuerza y el otro, "chulesco" hasta el final lanza desafío tras desafío y es que sabe, porque es "bravucon" pero no tonto, que una vez que el "centro" imponga su fuerza sobre el Mapa, habrá nacido un agravio más que esgrimir en sus reivindicaciones presentes y futuras. La fuerza nunca es conveniente en estos casos y como ya dijera Unamuno "hay que convencer mejor que vencer". El Presidente de nuestro Gobierno, que, de momento, también lo es de Cataluña, ha preferido que las cosas se pudran y caigan por su propio peso y tal vez no ha tenido en cuenta, apesar de ser aficionado a los toros, que no hay nada peor en ciertas lides, que un animal herido, que es como se sentirá el Sr. Más y una parte considerable del pueblo catalán tan pronto caiga sobre ellos todo el peso de la Ley, refrendado no solo por la Constitución, que ellos mismos votaron, si no también por las fuerzas que se dicen garantes de la unidad.
El pueblo, demasiado herido por los continuos recortes a los que está siendo sometido, tal vez no se esté dando cuenta de lo que se nos viene encima y es que yo estoy convencido y así quiero hacerlo constar, que si este tema no se soluciona con dialogo y convicción será traumático para muchos. Confiemos en que al final se imponga la mesura, aunque a estas alturas, lo dudo.
¡Ah! Y que conste que yo no pretendo aconsejar, digo nada más.
El pueblo, demasiado herido por los continuos recortes a los que está siendo sometido, tal vez no se esté dando cuenta de lo que se nos viene encima y es que yo estoy convencido y así quiero hacerlo constar, que si este tema no se soluciona con dialogo y convicción será traumático para muchos. Confiemos en que al final se imponga la mesura, aunque a estas alturas, lo dudo.
¡Ah! Y que conste que yo no pretendo aconsejar, digo nada más.
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