lunes, 27 de enero de 2014

ESPAÑA ES A CATALUÑA LO QUE CATALUÑA ES A ESPAÑA.

Lunes 27 Enero 2.014

                                   ESPAÑA ES A CATALUÑA LO QUE CATALUÑA ES A ESPAÑA.

Hace ya muchos años, sin duda más de los que quisiera, aunque por otra parte, es obvio que si los estoy recordando es porque los he vivido y esto que parece y a lo mejor es una perogrullada, pero el caso es que fueron y aun recuerdo cosas de ellos, incluso para contarlas. Corrían los años cincuenta del pasado siglo y yo vivía en Madrid, concretamente en una Pensión, de grato recuerdo, en la calle Viriato, numero treinta, a escasos cien metros de la Glorieta de Iglesia, o sea en pleno centro del Barrio de Chamberí. Disfrutaba de un lugar de privilegio y de unos compañeros, que aparte de buenas personas, constituían, junto conmigo, una "pequeña" España. Yo Manchego, un Catalán, un Andaluz, un Vasco, un Extremeño, dos Cántabros, un Valenciano y dos Navarros, pues con esa mescolanza eramos como una piña, estábamos tan unidos que incluso cuando uno de ellos tuvo un grave accidente de moto, no quisimos llevarlo a ningún hospital y entre todos, turnandonos por las noches y dirigidos por el Andaluz, Antonio Moncada, que era Médico, lo sacamos adelante.

Y si los llevo a ustedes a aquella Pensión y les hablo de sus gentes es porque siendo una pequeña "Babel" resolvimos todos los problemas que se nos presentaron, que fueron muchos, a base de dialogo y de comprensión a los defectos o cualidades de cada uno; no eramos estudiantes, todos  habíamos pasado ya  por esa etapa, unos con más brillantez que otros y la mayor parte de ellos tenía su titulo, Antonio Moncada era Médico, en el Jimenez Díaz, y el catalán, Ricardo Alonso y Cuevillas-Soley era Abogado y trabajaba en Madrid, representando a un celebre bufete de Barcelona, Lechuga-Paños. Con este, sobre todo, el feo y bonachón Ricardo, teníamos continuas discusiones con respecto, entonces y desde siempre, a las continuadas quejas de Cataluña con España...discutimos mucho, siempre amigablemente,  y tratando de comprender las posturas de cada cual. Nunca Ricardo, apesar de tener razón en algunas de sus cosas, perdió la compostura ni habló de separatismo; solo en una ocasión en la que alguien puso sobre el tapete el derribo de Don Quijote por el Bachiller Sansón Carrasco en playas de Cataluña, Ricardo saltó indignado y dijo que ese era un baldón que un castellano soltó sobre cataluña para marcar diferencias ideológicas, negando, decía él, a los catalanes la posibilidad de sentir al Quijote como suyo...al final, sellamos la paz y hasta creo que bebimos juntos. En esa Pensión estuve hasta que me casé y ellos, mis compañeros, fueron mis mejores testigos...uno de ellos me regaló las Alianzas.

Que he hablado excesivamente de mí, es cierto, pero con ello quiero llevarles a ustedes la certeza que tengo de que con dialogo hace ya meses que se hubiera solucionado el actual, no nuevo, litigio de Cataluña con España, pero hemos tenido la mala suerte de que ambas partes están representadas por sendos "chulos de Verbena". El uno, el Catalán lanzó un órdago en el que el mismo nunca creyó, mientras el otro, el Gallego, empujado por lo más retrograda del centralismo, se sentó sobre el "NO"en la creencia de que las cosas se solucionaría, como otras veces por si solas;  pero no ha sido así y es de lamentar que por las "chulerías" de dos gallos de pelea, a lo peor acabamos todos a la gresca. El Marianico expone la razón de la fuerza y el otro, "chulesco" hasta el final lanza desafío tras desafío y es que sabe, porque es "bravucon" pero no tonto,  que una vez que el "centro" imponga su fuerza sobre el Mapa, habrá nacido un agravio más que esgrimir en sus reivindicaciones presentes y futuras. La fuerza nunca es conveniente en estos casos y como ya dijera Unamuno "hay que convencer mejor que vencer". El Presidente de nuestro Gobierno, que, de momento, también lo es de Cataluña, ha preferido que las cosas se pudran y caigan por su propio peso y tal vez no ha tenido en cuenta, apesar de ser aficionado a los toros, que no hay nada peor en ciertas lides, que un animal herido, que es como se sentirá el Sr. Más y una parte considerable del pueblo catalán  tan pronto caiga sobre ellos todo el peso de la Ley, refrendado no solo por la Constitución, que ellos mismos votaron, si no también por las fuerzas que se dicen garantes de la unidad.

El pueblo, demasiado herido por los continuos recortes a los que está siendo sometido, tal vez no se esté dando cuenta de lo que se nos viene encima y es que yo estoy convencido y así quiero hacerlo constar, que si este tema no se soluciona con dialogo y convicción será traumático para muchos. Confiemos en que al final se imponga  la mesura, aunque a estas alturas, lo dudo.

¡Ah! Y que conste que yo no pretendo aconsejar, digo nada más.

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