Lunes, 24 Marzo 2014
EL HOMBRE QUE DEL AZUL MUERTE SUPO HACER AZUL ESPERANZA.
Aunque cuando el llegó a vestir el azul en su camisa, ya ese color había dejado de sembrar la muerte en cunetas y en esquinas, lo llevó sobre sí e incluso llegó a ser Secretario General del Movimiento, todo sin quitarse la camisa distintiva de la Falange...Es Adolfo Suarez Gonzalez, quien cuando empiezo a escribir este "Grito" se encuentra en estado critico. Será la puerta de la tercera de sus "muertes", ya que Adolfo Suarez, hombre al que voté cuantas veces presentó su candidatura, antes de su definitivo transito, tuvo otros que, con toda seguridad, le dolieron más que este.


Cuando este escrito salga a la luz, ya se habrán llenado los titulares de todos los medios, tanto escritos como hablados, de elogios y hasta algunas criticas de su persona. Yo no pienso variar, en absoluto, mis impresiones, ya que ellas han nacido de las sensaciones que a mi me produjo entonces...lo describiré como lo vi y también como lo sentí. Adolfo Suarez era un hombre ambicioso, que desde sus comienzos en política tuvo claro lo que quería y con lo que no se conformaba, quería ser "alguien" y no se conformaba con ser un "alguien" cualquiera; su meta estaba fija en su mente y por llegar a la misma siempre puso sus cartas sobre el tapete. Pero siempre me llamó la atención el hecho de que en su afán por llegar nunca hizo uso del "arribismo" y si de su espíritu de superación. Dentro de una "olla a presión" como era el Gobierno dictatorial del "invicto", Suarez jugó sus cartas y supo apostarlas siempre "a ganador". Unido al Herrero Tejedor se dejó ver lo suficiente como para que su entorno no recelera de el, pero del modo que los de arriba supieran que hacía y quien era y ello, una vez desaparecido, en accidente, Herrero , hizo que Adolfo Suarez fuera elevado hasta la Secretaría General del Movimiento, ¡nada más y nada menos! y ya le tenemos con camisa azul y cara de niño dirigiendo uno de los "bandos" más fuertes en los que se apoyaba el Dictador.


Y después...después, ya se sabe, muere el Dictador y se abre todo un abanico de posibilidades, en medio del cual todos quieren jugar sus cartas...el no, el permanece en su sitio, dejandose ver lo imprescindible para que lo viera quien tenía que verle...el Rey lo pide a su lado y Fernandez Miranda maniobra para para atender el deseo regio y lo hace tan eficazmente que Adolfo Suarez Gonzalez, con cuarenta y tres años y su camisa azul, es nombrado Presidente del Gobierno, por encima de prohombres del régimen y veteranos políticos, que habían puesto a enfriar el cava para celebrarlo ... lo demás, lo demás ya se sabe y lo que no se sepa se publicara estos días hasta la saciedad...lo que quizás, se sepa pero no se diga es que Adolfo Suarez fue traicionado, primero por los hombres de su propio Partido, aquellos que no eran nada ni nadie y que, a su sombra, crecieron y fueron "alguien" en politica y si Adolfo Suarez, que derribó los muros del "Movimiento", que abrió puertas que no hubiera abierto nadie y dotó a España de un Régimen de Esperanza, se vio obligado a dimitir fue por la carencia de un Partido, que le dio la espalda, aparte de por "otras" maniobras en la oscuridad, manejadas desde las más altas esferas y que la historia, algún día, se encargará de aclarar...Fue, a mi modo de ver, un gran Presidente, que en su afán de dotar a su País de libertades por el pueblo deseadas, pisó allí donde priman otros interesas y estos acabaron con él, como acabaron con otros intentos...hay mucho poder en manos de unos pocos que, aunque pocos, se imponen sobre el colectivo.
Ignoro si cuando estas lineas vean la luz ya se habrá apagado la de Adolfo Suarez...pero es lo mismo, el Adolfo Suarez al que dedico estas lineas murió el día que una enfermedad, que conozco bien, anidó en su mente, privandole de la lucidez que fue su mejor arma.
¡Ah! Y que conste, hoy ni digo, ni aconsejo, simplemente rindo homenaje a un hombre de bien.
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