viernes, 27 de mayo de 2016

YO TAMBIÉN ESTUVE EN VENEZUELA..



Vienes, 27 Mayo 2016.

                                                   YO TAMBIÉN ESTUVE EN VENEZUELA

Eran los años noventa, del pasado siglo, no de ningún otro, aunque en algunos aspectos pudo parecerme y me lo pareció y, evidentemente, ni fui a buscar "votos" para ningún Partido, ni alguien que me costeara mi Empresa, que entonces la tenía, y que fue la que me permitió tan largo desplazamiento, motivado por un evento familiar. 

Me encantó el viaje en Avión y disfruté de la emoción de cruzar, con lo vaivenes correspondientes, el Ecuador...según me dijeron, que yo no lo vi. Bromas aparte, me encantó el viaje y no hubo en el ninguno de los sobresaltos que ahora tanto se prodigan. Llegamos a media tarde y la verdad es que el Aeropuerto, acostumbrado a los nuestros, no me pareció en absoluto el punto de llegada de un País que aparecía como "turístico" en las principales Guias de Turismo. Tampoco me parecieron nada turísticas la serie de "covachas" que se amontonaban y aun se amontonan en una especie de colina que se elevaba a la izquierda de la carretera que nos conducía a la ciudad. Parecían todas ellas "casitas de un Belén", que no era tal y que, sin embargo, amontonaba en ellas, según nos dijeron,  a todo un "enjambre" de pobreza y bajos fondos...y arribamos al Hotel en el que, aquí sí, empezó a mostrarse algo del lujo que se ofrecía al visitante. Dejando a un lado el recibidor y sus salones, como los de cualquier Hotel que se precie, destacaba un ascensor que se elevaba por el exterior de uno de los costados del edificio y que permitía ver, aparte de las "casitas no de Belén",el trafico circundante. En la cabina del citado ascensor se observaban y así nos lo hicieron notar los ascensoristas, las huellas de disparos, consecuencia de la ultima "asonada" que había tenido lugar en el País...No dijeron, ni preguntamos, si llevaban allí meses, años o días, pero allí estaban.

El hotel en verdad era de lujo y de no ser por la cantidad de personas que se nos acercaban ofreciéndonos cambiar moneda o bien llevarnos a este o aquel lugar de diversión, hubiera podido parecerse a cualquiera de los nuestros...pero...primera advertencia de sus encargados: "no cojan ustedes un Taxi por su cuenta; para salir los tendrán en el Hotel y sin han de venir desde cualquier lugar llamen aquí y nosotros le mandaremos uno..."podíamos ser asaltados por cualquiera que dijera ser taxista. La familia de nuestro familiar veló por nosotros y, en su momento, pudimos regresar, si bien bastante decepciona dos, enteros y sin conocer a atracador ninguno, de los muchos que, según ellos mismos se prodigaban. Caracas, como cualquier ciudad europea, con sus luces y sus sombras, más de lo segundo que de lo primero y en general con gentes muy "politizadas"...estar en cualquier lugar en el que se reunieran más de dos personas era acabar teniendo que "soportar" el "mitin" de cualquiera de ellos. Había, si, lugares en los que se palpaba la riqueza, pero estos se daban más bien en círculos privados. En total, no me arrepiento de haber ido, pero con toda seguridad no volvería a ir...ni por votos ni por dinero...al extranjero de ir, que ya se me hizo tarde, sería a Europa y de lo visto de fuera me quedo con Alemania. A nadie, salvo a mi familia, había comentado este viaje...pero hoy ¡¡¡se habla tanto de Venezuela!!!

¡Ah! Y que conste que no pretendo criticar, digo nada más.






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