DE ESTO...DE AQUELLO Y DEL ATLETICO DE MADRID.

Lunes 26 de Mayo 2014.

                                        DE ESTO...DE AQUELLO Y DEL ATLÉTICO DE MADRID.

El Atlético de Madrid ha perdido y sus hinchas nos hemos quedado con la miel, amarga, por supuesto, en los labios si, es verdad, pero no creo que ni uno solo de sus seguidores se haya sumido en reproches, ni creo, tampoco, que los que han ido a Lisboa den por perdido el viaje...hay cosas en la vida que no salen como uno espera, pero en unas aflora la decepción y en otras el orgullo...y esta Final de la Liga de Campeones es de las referidas en segundo lugar, porque cuando se pierde habiendo dado hasta la última gota de sudor y sabiendo, además, perder, es para estar satisfecho...yo, personalmente, lo estoy y como yo, estoy seguro, lo están todos los "atléticos"...y si hay alguno que no lo está, puede pedir la baja, porque no es de los nuestros.

Como hago, normalmente, en mis escritos, sean de política o de otros temas, no pienso profundizar en los aspectos técnico del juego desarrollado por ambos equipos, en el partido de ayer, pero me atrevo a decir que en los noventa minutos que dura un partido, solo hubo un vencedor y ese fue el Atlético, lo demás son circunstancias aleatorias, dadas un poco a "capricho" del Arbitro que dirige la contienda; en este caso prolongó cinco minutos, según su exclusivo criterio, mientras que en el mío y en el de quienes conmigo estaban, el tiempo perdido no pasó de los tres...¿que lo hizo adrede? no, pero es esta una de esas circunstancias aleatorias que se dan en cada partido y que unas veces inclinan la balanza hacía un platillo y otras al otro...cuatro minutos y medio de prorroga se llevaban jugados cuando surgió la cabeza de Sergio Ramos, un jugador como la copa de un pino, del mismo modo que anteriormente había surgido la de Godin...y a partir de ahí  nada, porque de haber algo serían lamentaciones y estas no valen de nada.

Ahora bien, sin entrar en consideraciones sobre la valoración en Euros de cada uno de los jugadores que hubieron sobre el césped, esto sería objeto de un  extenso y detallado estudio económico que no viene al caso, si mi pregunto si al comprar la calidad de un jugador, va comprendida en su precio su chulería o esta la adquiere después,  de alguna de las "estancias" interiores de la propia entidad. Es un hecho raro este, ya que "algunos", aun siendo caros no son chulos y otros se pasan veinte pueblos. Hubo en el campo lisboeta un jugador, casualmente portugués y llamado Cristiano que en cada partido que juega destaca por su categoría, que nadie le niega, pero también lo hace y mucho, por sus actitudes chulescas. Concretamente, en la final de ayer, no se le vio, como jugador,  en todo el partido, bien porque le anularan los contrarios o bien porque se anulara el mismo, el caso es que muchos nos preguntamos si estaba, porque solo le vimos lanzar dos faltas...pero...

...Pero faltaba la "guinda" que, para mí, echó a perder todas las buenas sensaciones que me había dejado el partido, por uno y otro bando...Perdíamos tres a uno y el partido estaba acabado y  el Arbitro sabiendo, creo, quien lo iba a ejecutar, le "regalo" al portugués un penalti que, de seguro, otro no hubiera pitado, porque tampoco fue tan claro. El ejecutor podría haber tomado varias determinaciones, hasta en una idea remota y elegante para con el vencido, tirarlo fuera que este, de seguro, no hubiera aceptado...pero no, tenía que realizar su "subida a los cielos" de la chulería y marcarlo...bien, pero, en ningún caso, debió celebrarlo como lo hizo, ya que aparte se mostrar su bien cuidada anatomía, nos enseño toda la prepotencia que lleva dentro y que hasta podría haber causado represalias si lo hubiera hecho en otro campo. Este exhibicionismo de una superioridad mal entendida y el gesto de otro jugador blanco de lanzar el balón, una vez terminado el partido,  contra el banquillo del Atlético, deslucieron un encuentro que, por otra parte, no fue de buen fútbol, pero si de mucha "garra". Decepción para los atletistas, si, pero también orgullo de haber llegado ahí y salir "por la puerta grande".

¡Ah! Y que conste que no pretendo criticar, digo nada más.