lunes, 8 de septiembre de 2014

HISTORIA REAL, PENSANDO EN MIS NIETOS.


Lunes 8 Septiembre 2014

                                          HISTORIA REAL, PENSANDO EN MI NIETOS

El escribir es relativamente fácil y realmente muy difícil, sobre todo si lo que se pretende plasmar sobre el papel, en este caso el ordenador, es sobre uno mismo. Si lo que se quiere es ir dejando sobre el teclado una parte de tus vivencias y que estas, a su vez, en un  día más o menos lejano, sirvan para complementar las enseñanzas de quienes me sigan, en el amor y en los apellidos.

A estudiar, lo que se dice estudiar, dediqué pocas horas en mi vida, por lo que os recomiendo que esta faceta de mi ejecutoria no la toméis, lo más mínimo, en consideración; por el contrario, empecé a trabajar a los diez y seis años y no dejé de hacerlo hasta los sesenta y cinco, en los que me jubilé. Quiere decir esto que, quitando los dos o tres años de enfermedad y sanatorio, trabaje durante cuarenta y tantos años, poniendo en cada uno de los trabajos, que fueron variados, lo mejor de mí mismo. Pasé por ocho empresas distintas y de ninguna de ellas salí "por despido", lo cual quiere decir que lo hice por voluntad propia y no siempre por las mismas razones; desde la primera de ellas, de la que salí por dejar mi puesto, ganado en oposición, a quien me siguió en puntuación, casado y con cinco hijos, yo tenía diez y nueve, hasta la última, que fue mi propia empresa, siempre abandoné mi puesto por anteponer mi dignidad a la perdida de emolumentos.

Pero como es lógico, al menos yo lo considero así, no voy a pararme en el dintel de cada una de mis salidas, fijándome tan solo en los últimos años de mi ejucutoria, ya que fue en ellos donde mi huella se marcó con más intensidad, incidiendo, a su vez, en el devenir de mi vida. Me estrené como Funcionario Público en un Organismo del Ministerio de Trabajo, pasando después a una compañía de Seguros, en el ramo de Asistencia Médica, para ser más tarde pasante de un Abogado y con posterioridad formar parte de una Agencia de Publicidad Exterior, en la que dio comienzo la profesión en la transcurrió el resto de mi ejecutoria profesional. Entre todo lo que antecede y en pequeños lapsus
de tiempo, hice de "negro" para un renombrado escritor de aquellos tiempos. Todo lo expuesto se desarrolló en Albacete y Madrid...Y me trasladan a Valencia. Y digo me trasladan pues esa es  la condición impuesta en la siguiente propuesta de trabajo....

Y aquí, en Valencia, en el año mil novecientos sesenta y seis, lógicamente del siglo pasado, da comienzo mi siguiente etapa laboral, que sería la última. Entro a formar parte del equipo de Mariano Canut, que desde esta ciudad dirige una Agencia de Publicidad, considerada como una de las primeras de España, Canut&Bardina, en la que permanezco, no recuerdo si fueron doce o catorce años, el caso es que un día, este hombre hizo algo que no me gustó, y por lo que sentí vergüenza ajena, se lo dije y pedí el finiquito. Por aquellos días iba a ser padre del tercero de mis hijos, pero no me importó, no me había gustado el "gesto" e hice lo que creí oportuno. No dejaron de llegarme ofertas y entre ellas, una, de una Agencia,  sobre la que quiero hacer más hincapié: Me llamó su Director, al que ya conocía, y enseñándome un habitáculo, una mesa y un teléfono, me dijo "este es tu despacho, puedes empezar hoy mismo y cuando hayas captado alguno de los clientes de Canut, hablaremos del contrato", os habéis equivocado conmigo, les dije, yo no estoy de acuerdo con Mariano, pero ya me guardaré muy mucho de aprovechar mi situación anterior para entrar a "saco" en sus clientes. . Aparecieron  otras ofertas y trabajé en ellas, sin presión alguna en ese sentido, hasta que cree mi propia Empresa, desde la que, lógicamente, seguí sin entrar en "corral ajeno".

Se, me dirán ustedes y mis nietos, si me leen, que en estos tiempos el Mercado Laboral no es el mismo y que ahora no se pueden permitir "ciertos lujos", de acuerdo, completamente de acuerdo, pero quiero que se sepa que mi escrito no está referido a decisiones a tomar en esta o en cualquier coyuntura  laboral, si no más bien a una ejecutoria en la que siempre primó, por encima de todo, la honradez y lealtad a la empresa que te paga, lo que viene a ser el ser fiel a uno mismo y a los principios inherentes a toda persona que aspire a "dormir tranquilo" en los años que le queden por vivir, con posterioridad a su retiro. Esta es la historia "real" escrita pensando en mis nietos y que, quizás, pueda servir para otros que sin ser de mi sangre, están en sus mismas circunstancias.

Ah! Y que conste, hoy no se trata de criticar ni de aconsejar, si de llamar la atención sobre la dignidad humana, que tan bien representada está por el Aguila que ilustra mi escrito.



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