miércoles, 7 de agosto de 2013

FRANCICO MARHAUENDA O EL GEN DE ANSON

Miércoles 7 Agosto 2013.

                                        FRANCISCO MARHAUENDA O EL GEN  DE ANSON.


Ni siquiera se donde para el "tal" Anson, pero donde quiera que esté, que se quede tranquilo. Tiene quien le siga en "campañas"defensoras... defensoras no de la "Razón", ni periódico,ni sustantivo, si no de la apología a ultranza de la derecha más cavernicola. A mi, la verdad, me intriga soberanamente que bebedizo dan los apologistas de estas ideas a sus más fieles seguidores, ya que estos, en cuanto tienen enfrente a alguien que no piensa como ellos, sacan a relucir, para rebatir a los demás, los más pueriles argumentos...argumentos que no son tales y que, la mayoría de las veces, están basados  en el desprecio al antagonista; desprecio que se cimenta en la pretendida superioridad que la dan sus títulos universitarios.

Luis María Anson, que dirigió el periódico La Razón y dejó su impronta en el mundo de la política con su celebre "pinza", en compañía del no menos ínclito Señor Anguita, para la campaña de acoso y derribo al Gobierno de Felipe González, ha encontrado en Francisco Marhuenda su más digno sucesor: Ambos se "emborracharon" con el bebedizo de la Derecha y ambos tienen a gala, el uno antes y el otro ahora, el defender lo indefendible, saltando por encima de cualquier clase de convencionalismo, aunque vaya en contra de lo nítidamente razonable.  Francisco Marhuenda es Abogado y catalán, cosas, ambas, dignas y loables, pero el personaje en si es totalmente inaguantable.

Es evidente, por mi edad, que soporté la ante-guerra, viví la guerra y sufrí, ¡y mucho! la pos-guerra. Del periodo previo casi nada puedo decir, a pesar de que mi mente de niño intuía cosas nada normales en el odio de algunas personas, de uno u otro color; soporté el bombardeo de Albacete y vi cadáveres que. a decir verdad, no sabía a ciencia cierta lo que eran, pero que por sus aspectos y por el hecho de que mi padre tratara de taparnos la cabeza, no daban la sensación de ser nada "bueno"". Viví la guerra, aunque de lejos y solo a través de algunas incomodidades. La familia en pleno fue exiliada a una Aldea y en ella, aparte de, como he dicho, bastantes incomodidades, los meses transcurrieron plácidamente y con una ignorancia total de lo que estaba ocurriendo en una lejanía no muy lejana...

Y llegó la pos-guerra y entonces si, entonces empecé a saber de odios enconados y también de algunos gestos de amor humano, pero por encima de estos, estaba el odio...el odio que roía y exterminaba. que en muchos casos teñía de rojo calles, como si con el rojo de una sangre pudiera lavarse el otro "rojo" que también se produjo. Viví en pueblos en los que chavales de mi edad odiaban a "otros" chavales y estos, a su vez odiaban a los anteriores y siempre con el problema de los que no  tienen odios, y que no pueden inclinarse a un lado o a otro, aunque en ambos tengan gentes que les caen bien. Así crecí y, hasta, por suerte, pude ver como muchas manos se unían y otras, sin unirse se saludaban en la lejanía. Los odios se fueron difuminando y hasta, en momentos, llegué a pensar que por fin se rompería con la sentencia "machadesca" de las dos españas.

Pero no, los "vencedores" no quieren perder el regusto de la victoria y si no pueden transmitirla de padres a hijos, se la transmiten a los "vocingleros" de turno, los cuales perfectamente situados en los diversos centros medíaticos, se encargan de mantener latentes los mensajes que dieron lugar a los odios. Algunas de esas "tertulias" son auténticos soliloquios de los defensores de la España, una, grande y libre, que sin oposición alguna, se explayan a gusto, en un "haber quien dice el disparate más gordo". Otras son más plurales y los moderadores de turno tratan de distribuir los tiempos con cierto raciocinio, aunque, al fin y a la postre, siempre o casi siempre, acaba por imponer sus criterios el más "cavernicola" de los tertulianos, ilustrado, eso sí, al que los demás suelen dejar por imposible, hartos de sus desplantes y, por supuesto, sus aires de "perdona vidas".

Los hay que se han hecho famosos gracias a este tipo de tertulias, con un ejemplo representativo en la persona de Isabel Sansebastían, y otros que, después de ser  Portavoces del Gobierno y recibir como "premio" la Dirección General de la mayor Agencia de Medios Pubicitarios de España, léase Miguel Ángel Rodriguez, han recalado en alguna de estas tertulias, para seguir ponderando las bondades de la derecha. A algunos de ellos no les ha faltado nada más que ponerse a cantar el Cara al Sol o Montañas Nevada, pero sin duda alguna la palma del "tertuliano montaraz" se la llevó en su día el Ministro Wert y hoy la ostenta con mayor mérito, si eso cabe, el el nada moderado Francisco Marahuenda. Este hombre, como he dicho, abogado y catalán, se ha ganado de una sola tacada el alto honor de ser el mayor generador de odios que pulula por España. Para el todo aquel que no esté con sus ideas es porque quiere una España "Roja", desenterrando, a su conveniencia, un concepto que si se sigue usando mediaticamente mantendrá de por siempre el dolor de contemplar una España partida.

¡Ah! Y que conste, veo esas tertulias para poder comentarlas, pero alguien le tendría que decir a esta gentecilla que el Muro de Berlin cayó hace años y que hoy el único "Rojo" del que se puede alardear es del Rojiblanco del Atlético de Madrid.





2 comentarios:

  1. Cuanta razon. Tu escrito es merecedor de uma srria reflexion. Saludos.

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  2. He escrito lo que siento. Hay mucha gente interesada en lo de "Las dos Españas", sobre todo teniendo en cuenta que son dueños de una buena parte de ella y que nunca consentiran un "Cortijo" compartido...Son sus únicos dueños. Un saludo y Gracias.

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