BLAS PIÑAR "EL HOMBRE QUE LEVITABA"
Este titular me viene dado por la exaltación de uno de sus adeptos, que tuvo muchos, que un día, hablándome de él, lo estaba haciendo con tanto entusiasmo que me dijo "es que Don Blas, casi todos sus seguidores nunca le apeaban al Don, cuando reza parece que levita". Este exaltado "Piñarista" era persona muy cercana a mi familia, que como numerosa que era, lo era también muy variopinta en cuanto a ideologías y yo, la verdad, aunque me hizo gracia, no volví a hablar de este tema ni con mi familiar ni con nadie, apesar de los contactos, escasos, que tuve con el propio Don Blas y algunos colaboradores. Pero si traigo aquí esta presunta "cualidad" del personaje, no es para ahondar en ella,

Blas Piñar era Notario de Madrid, plaza que consiguió por oposición directa, lo que ya nos da una idea de su enorme capacidad intelectual. Hombre de Derechas y totalmente adipto al régimen franquista, se distinguió como tal tanto en su ejecutoria política como en sus colaboraciones en la prensa, sobre todo en ABC, en cuyo periódico, frecuentemente, se asomaba a su primera página con patrioticos y encendidos artículos de fondo. Cuando el gobierno creo el Instituto de Cultura Hispánica, Don Blas fue nombrado su Presidente. Tenía este centro como primera y principal misión el llevar nuestra Cultura por toda Hispano América, para la cual, entre otras iniciativas, creo becas para que estudiantes, licenciados o escritores vinieran a España durante un tiempo para aprender y enseñar, porque se, de un modo muy directo, que muchos de los becarios sabían de nuestra literatura y de nuestros escritores más que nosotros mismos; pero antes de explicar mi relación con Don Blas, el Instituto y sus becarios, voy a plasmar aquí el porque de escribir sobre este Señor. Escribía, como he dicho, en el diario ABC y un día todos sus lectores y posteriormente miles de españoles se vieron sorprendidos por su articulo de fondo, titulado HIPÓCRITAS, así con mayúsculas, y firmado por Blas Piñar; en el figuraban, a modo de definiciones, veinticinco o treinta hechos realizados por personal norteamericano, como por ejemplo uno de los que poco mas o menos recuerdo: "Hipócritas son quienes en nombre de la Paz y de la Humanidad lanzan su bomba atómica sobre Hiroshima...tantos muertos"y así otras tantas que, lamentable mente, no recuerdo, pero que cualquiera puede encontrar en las Hemerotecas, buscando un ABC de mediados de los años cincuenta, del siglo pasado. Reacción inmediata de los americanos, que piden la "cabeza" de Don Blas, cuyo cese se produce en horas, así como la dimisión, también del Director del Diario, un Luca de Tena, creo recordar.
Versiones del por qué de aquel articulo, a montones y para todos los gustos. La menos extendida y parece ser que la más real, tuvo que ver con la deslumbrante Ava Vagner, quien vivía en Madrid y gastaba a todo trapo. Uno de sus proveedores llevó a Protesto el efecto que ella le había aceptado y el documento fue a parar a la Notaría de Don Blas, quien, como era de rigor, se dirigió al domicilio de la actriz, que según parece lo recibió muy ligera de ropa e insinuante...como fuera, el caso es que al día siguiente apareció en una revista americana, de gran tirada, un amplio reportaje, tanto gráfico como de texto, con Blas Piñar de protagonista, en el que se atacaban los"vicios" de los "puritanos" prohombres del régimen...Y Don Blas, al que por su ejecutoria, no se le aplicaba "censura previa" lanzó sus "Hipócritas". Yo regentaba entonces una Compañía de Asistencia Médica, que cubría las necesidades del los becados del Instituto, los cuales tenían que venir a nuestro despecho a recoger sus Pólizas y ello me llevó a intimar con muchos de ellos, casi todos de mi edad y con mis mismas inquietudes literarias, los cuales me llevaban con frecuencia a sus embajadas. En una de ellas, la de Guatemala, donde se estaba atacando crudamente a Don Blas, conté la versión que he escrito y que yo tenía como real, incluso vi la revista, y le defendi demodadamente, tanto a el como a su carrera. El Embajador, sorprendido por mi ardor, me llamó y me pregunto las razones de mi defensa...le dije Mire, soy nieto de Notario, hijo de Notario, sobrino de Notario, hermano de Notario y yo no soy Notario porque no tuve fuerzas ni gana para emprender la carrera...Mi salida, como es lógico, dio credibilidad a mi defensa. No comulgué nunca con las ideas de Blas Piñar, pero fue un hombre honesto y consecuente con sus ideas hasta el día de su muerte, que fue hace unos días. Como homenaje a su honestidad lo traigo hoy a mi crónica.
¡Ah! y que conste que hoy cuento y digo nada más.
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