"EN UN CORRAL DE GALLINAS..."JOSU" DONDE VINE A CAER..."
En un corral de gallinas, cantaba Miguel Ligero junto a Imperio Argentina, en aquella película de mis tiempos, que aun siendo en blanco y negro y con una técnica nada depurada, hizo las delicias de los que siempre nos encantó el 
buen cine y es que, entonces, si alguien nos hubiera dicho que aquella versión de Morena Clara, después se hicieron varias más, nos iba a hacer reír de un modo distinto a como nos reímos en su época, no lo hubiéramos creído y sin embargo fue así, vista años después, en su misma versión, nos hizo reír, pero de casi nosotros mismos por reinos de lo que nos reímos la primera vez...Así cambian las cosas y así cambiamos las personas.Entrar en un "corral de gallinas", que es, además, un avispero de dimes y diretes, y hacerlo, también, poco más o menos en defensa de la Infanta Cristina, no deja de ser un atrevimiento, del que se puede salir malparado, si no físicamente si a nivel coloquial, suponienndo que en este País quede alguien capaz de mantener un dialogo civilizado. Y salgo no para ahondar en su culpabilidad o en su inocencia, que para eso ya están los Jueces, si tienen un buen día, que si no...bueno vamos a dejarlo. El
caso es que todo el mundo echó las campanas a volar, el día que "alguien" dijo que todas las personas "eran iguales ante la Ley"; ese día todo el orbe estuvo de acuerdo y muchos durmieron tranquilos pensando que así debía ser, otros pusieron en duda que así fuera y algunos hubo que lucieron el clásico rin tin tin de la mala uva, con su consabido "vereis como no la tocan"...Y así estaban las cosas, entre versiones dispares, hasta que llegó el Juez y decidió imputarla...¡Bien!.. bien si se hubiera mantenido esa igualdad que tanto se exigió y que tanto alegró, pero no fue así, la prensa, hubo periódico que le dedicó más de cinco paginas, se lanzó al "cuello" de la noticia e hizo con ella un buen "caldo", al menos tan bueno como lo hubiera hecho Miguel Ligero, en aquella película que he citado, de no haber "llegado un civil con bigotes" para impedirlo. Por donde quiera que abrieras un periódico, en sus espacios mas nobles, allí estaba una referencia a la infanta y a sus "andanzas. Yo leo la prensa todos los días, con preferencia una cabecera, pero haciendo un somero repaso a otras de más o menos importancia, y puedo asegurar y aseguro que en ninguna de la imputaciones que se han hecho de un tiempo a esta parte y han sido muchas y muy sonadas, desde Alcaldes a Presidentes de Comunidad, pasando por Consejeros, y en ninguna de ellas se usado tanta tinta para difundirla...¿en qué quedamos, somos iguales ante la Ley o no? Pues si lo somos, demos a la Infanta el mismo tratamiento periodístico que antes le hemos dado a la Señora Mato o la Señora Cospedad, e incluso a la Señora de Barcenas, si bien es cierto que estos casos han sido y están siendo cubiertos por la espesa capa de cinismo con la que se cubre todo cuanto atañe al Partido Popular.
El Partido Popular, un Partido tan hipócrita e incompetente, que ha lanzado a la palestra el ante proyecto del Ley del Aborto con dos únicos objetivos, el primero para ver si con él acalla, al menos momentaneamente, a su ala más conservadora y de paso "si cuela", pues eso que se ha encontrado; y en segundo lugar pretende que con la "polvareda" que levante esa Ley, no se vea el "avispero" en el que por su ineficacia nos ha metido a todos los españoles en Cataluña, ni en el que, por esa misma ineptitud está a punto de meternos en el País Vasco. Se pueden hacer las cosas mal o bien y hasta peor, pero lo que no se puede hacer, en ninguno de los casos, es meter la cabeza "debajo del ala" y dejarlas a que la arregle el factor tiempo, con eso lo que se logra, lo dije hace tiempo y vuelvo a decirlo ahora, es que se pudran, se encrespen los ánimos, y un día nos encontremos con que nos han crecido los enemigos, allí donde siempre hemos tenido amigos...Este es el panorama en el que estamos sumidos, y no me negarán ustedes que es un "autentico corral de gallinas.
¡Ah! Y que conste que yo no pretendo aconsejar, digo nada más, aunque no siempre sea bueno todo aquello que digo.
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