lunes, 20 de enero de 2014

...Y VIVEN EN UN PAIS LLAMADO "MARAVILLA"

Lunes 20 Enero 2014

                              
                                             ...Y VIVEN  EN UN PAÍS LLAMADO "MARAVILLA"

¿Quienes? ¡ah amigos! Ahí radica el misterio, Yo no se por qué, pero cada vez que el Marianico o alguno de sus acólitos lanza una de sus frases laudatoria a su labor o al País que ellos imaginan gobernar, me acuerdo de aquella celebre película de Vitorio de Sica, Milagro en Milán, que algunos de ustedes habrán visto y recordarán. Para los que no lo hayan hecho, contarles, simplemente, la escena final, en la que el protagonista, Filippo se llamaba, y su "pueblo" de menesterosos, montados en escobas se elevan sobre la Catedral de Milán, mientras en el aire aparece una leyenda que dice: " Y así Filippo y sus amigos se fueron a un lugar en el que Buenos Días solo significaba Buenos Días". En la película, este saludo, tiene una simbología que, puede decirse, que es la clave de toda la historia. Si no la han visto y tienen ocasión, veanla y verán cuantas similitudes le encuentran con nuestra España y sus gobernantes.

Hoy mismo puede leerse una frase del Marianico que muchos españoles grabaran a fuego en sus memorias, antes de "cagarse" en más de un antepasado de su egregia figura; Dice, han sido dos años dificiles, "pero he sentido la comprensión de muchos españoles".Y esto trae a mi memoria la anécdota de aquel Alcalde de Madrid que en una rueda de prensa, posterior a la visita a la capital de su homónimo de Moscú, presumía de que una viejecita, en el metro, se había levantado de su asiento y dirigiéndose al edil ruso le dijo: "Señor, yo no tengo nada que ofrecerle, pero le ofrezco mi asiento". Uno de los periodistas, no afín, se supone, preguntó: "Nos puede decir usted que concejal había colocado allí a la viejecita". Yo le preguntaría al Marianico, ¿y en que lugar ha percibido usted la comprensión de muchos españoles? en su sede de la calle Génova o en uno de esos "festines" que sus corifeos le montan para que usted se sienta importante y les regale algunas "migajas" de poder. Puedo asegurarle a usted que si "bajara" de verdad al pueblo y se mezclara con él, sin preparaciones previas, recibiría, sin duda, un baño de dignidad, que es con la pobre gente está soportando la crisis a la que usted y solo usted les ha llevado, aparte de su repulsa por el cinismo y corrupción del que usted y su partido están haciendo gala...Puede que hasta el "todopoderoso" Obama le haya dado a usted sus bendiciones, pero usted no se nos "engalle" y busque la bendición de su pueblo...si, ese que ha visto a sus gentes en la calle, por haber perdido su vivienda y que engrosa, cada día, o bien la cola del paro o las otras que se forman ante las casas de caridad, en las que se reparten comidas.

Y si usted se decide a bajar, aunque creo que sería mas propio el subir, a ese pueblo, llevese a  sus acólitos, al menos a su Muñequita Santamaría, que tan bien sabe imitarle a usted en eso de soltar fresecitas rimbombantes, que no se cree ni ella, veamos una de sus últimas perlas:" Todos los indicadores ven una recuperación económica,  que no se si casa mucho con las protestas sociales" ¡ostias, Pedrin! si ahora va a resultar que aquellos que escarban en los contenedores a la búsqueda de comida, lo que buscan, en realidad, es el reloj que perdieron hace un año...tiene bemoles la Muñequita con sus indicadores de dirección única...¿es que no ve la calle ni tan siquiera desde los balcones de sucasa? ¡hay miseria en las calles y hambre en las casas! y si todavía no se ha enterado es que debe de ser muy lista para lo que le conviene y tonta de remate para lo que acontece diariamente a su alrededor.Las gentes no se manifiestan en las calles por divertirse, a la vez que divierten a sus gobernantes; lo hacen porque les duele su hambre y la de sus hijos, porque estos no pueden ir a los colegios por falta de libros y porque los Hospitales empiezan a quedarse sin profesionales adecuados para atender, sobre todo, a los niños más pequeños, aquejados de crueles enfermedades, demasiado grandes para unos cuerpos tan pequeños...todo esto y muchas cosas más que enumerar llevaría mucho espacio, pasan en este País en el que vivimos las gentes de a pie y que, por lo que se deduce de lo que ustedes hacen y dicen, no ocurre en ese otro mundo, llamado Maravilla, en el que ustedes deben morar...¡ojala que algún día tengan que mezclarse con el pueblo y con sus gentes, para que aprendan, en sus carnes, cual es la verdad de esa economía que ustedes ven tan bollante!

¡Ah! Y que conste que yo no pretendo aconsejar, digo nada más, aunque lo que diga, casi siempre, pero sobre todo hoy, sean verdades sangrantes.


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