Viernes 25 Septiembre 2015
EN EL DÍA DESPUÉS.
Es bien sabido, sin necesidad de incidir en ello, que las cosas, en su mayoría, no nacen por "generación espontánea", si no que todas llevan emparejado un "antes" y un "después", pues bien yo quiero hoy viernes, desde el antes situarme en el después.
Y sea cual fuere el resultado, que importándome mucho, no me importa para escribir este mi Grito de hoy, vaya por delante que desde los inicios, en serio, del problema, o sea desde antes que al Arturete se "mentalizara" para dimitir como Presidente y pasar a ser un vulgar "pisacristos", que según explicaba hace unos días, a decir de un pueblo de La Mancha, son aquellos que juran defender "algo" para mejor atacarlo desde dentro....pero esto pertenece al antes...vamos con el después...Yo he estado muchas veces en Barcelona, ciudad en la que, aparte de visitarla con frecuencia por cuestiones de trabajo, da la casualidad que en ella nació el primero de mis nietos, lo cual, soy así de sentimental, me une a la misma con lazos "familiares", por lo que todas las veces que he ido, posteriores a ese "acontecimiento", he pisado sus calles como "si de mi propia casa se tratara", del mismo modo que he tratado a sus gentes como a esos parientes lejanos que están en ti porque tu los has adoptado...nada, con toda sinceridad, me fue extraño en ninguna de mis visitas, ni tan siquiera el Idioma, con el que tanto miedo me metieron mis compañeros de trabajo en el primero de mis desplazamientos. En todas partes y en todos los casos entré con mis "Buenos Días" por delante y me marché con el "Adiós" a mi espalda...esto ocurría hace años, tantos como ha cumplido mi nieto, que ya pasa de los veinte y puedo asegurar y aseguro que me he quedado con ganas, muchas ganas, de volver a aquella "Cataluña" que, con toda sinceridad, he añorado muchas veces.
¿Y he de sacar pasaporte? Juro que eso sería lo de menos. si es que tuviera que hacerlo, lo importante ese día, ya tan cercano, son los hombros de los ciudadanos, las caras de los vecinos, las manos de los viandantes...los hombros arriba, erectos con las fuerzas que les ha dado el triunfo y como contrapunto los hombros abajo, hundidos por el peso de la derrota. Las caras llenas de pesadumbre y sombrías, con el peso de los votos reflejados en sus facciones y con un mar de dudas bailándole en los ojos y contrapuestas las caras de la euforia, del triunfo, portando en sus labios, quizás, un rictus de desprecio hacía el vencido y una voz que quiere salir y elevarse por encima de cualquier otro concepto que no sea el de la victoria. Las manos batiendo palmas y elevándose a la vez, buscando en el aire el eco de los cánticos gloriosos o lanzando al viento gritos que hieren sin mirar a quien, porque en la misma calle, a lo mejor, otras manos se esconden en los bolsillos humilladas por el peso de los votos y dolidas por la perdida del amigo o del hermano al que ha perdido en la otra acera...Y es que así veo y me duele Cataluña en el día después, dividida, partida en dos mitades que en algunos casos pueden llegar a ser irreconciliables y hacer aflorar odios que han permanecido escondidos...Ya en el antes hemos sabido de vecinos, de familias, distanciadas por la disidencia y desunidas antes las campañas insidiosas de los promotores de este evento, no más ni menos culpables que otros que no promocionaron pero consintieron. Viví intensamente una posguerra excesivamente larga y que me hizo conocer los rencores que se esconden entre las mitades de un pueblo dividido...Salvando las lógicas distancias no quisiera está situación en Cataluña, tan nuestra como nosotros de Ella. Y si en estos momentos yo fuera una Autoridad Mundial, con poder con todo el orbe, emplearía mi fuerza en algunos conocidos "desaguisados", sin olvidar, el absoluto, enviar una policia especial para detener a los Señores Rajoy y Más, al uno por inepto y al otro además de por tonto del "haba" por soberbio...o lo que es lo mismo, al uno por promover la división entre pueblos y familias y al otro por "consentidor".
¡Ah! Y que conste que yo no pretendo criticar, digo nada más
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